Coyote Alberto Ruz 1945 – 2023

Coyote del Arcoíris en Chalmita

Mi primer infancia la viví en Yucatán, con mi familia, un padre, aventurero y arqueólogo, Alberto Ruz Lhuillier especializado en la Cultura Maya que alcanzó un gran reconocimiento en su vida como el descubridor de la tumba real de un Gran Señor gobernante de la dinastía Palencana en Chiapas, y una gran maestra de la vida, mi madre, Blanca Buenfil, mestiza nacida y criada en la ciudad de Campeche en el sureste de México, y con mi compañero de juegos, mi hermano Jorge, dos años menor, nacido en Mérida.

Mi adolescencia y primera juventud transcurrió en el DF, capital de México, adonde estudié en el Liceo Franco Mexicano, en la Preparatoria 5 de Coapa, en la Facultad de Químicas, la Escuela Nacional de Economía y las facultades de Ciencias Políticas y Sociales y la de Filosofía en la UNAM, sin terminar ninguna de las carreras.

Abandoné en el 1968 la academia, a la familia y al país, para dedicarme por 15 años a viajar por medio mundo, para aprender todo tipo de actividades relacionadas a la sobrevivencia en medios ambientes y culturales diferentes, a estudiar las culturas de docenas de pueblos de cuatro continentes, y a profundizar en el conocimiento de las experiencias de colectivos y comunidades, emergentes y tradicionales en todos los países en los que viví. Siempre acompañado de un grupo de personas con las que se fue conformando nuestra tribu multicultural, por muchos años errante: Los Hathi Baba’s y los Elefantes Iluminados.

 

En el año 1982, como colectivo decidimos buscar una tierra y establecernos, con nuestros hijos nacidos en los viajes, nuestras compañeras, y con algunos amigos que se nos unieron en ese momento para fundar nuestra comunidad, centro experimental de talleres y ahora proyecto en transición a Ecoaldea: Huehuecóyotl.

Trece años después de  la fundación de Huehuecóyotl, en el año 1996, decidí iniciar una nueva aventura de proyecto itinerante, una Eco-caravana educativa, vivencial, artística, multicultural, para recorrer el continente centro y sudamericano para llegar a la Tierra de Fuego, y de esa visión y ese compromiso conmigo mismo, surgió la Caravana Arcoíris por la Paz.

A-004-Brasilia, dia de lanzamiento - copia

Con la Caravana y con más de 400 voluntarios a lo largo el viaje, recorrí por trece años, hasta el 2009, 17 países, docenas de ciudades, centenares de comunidades rurales, visitando, apoyando y creando una gran cantidad de proyectos comunitarios, ecoaldeas, centros de permacultura y redes de grupos y organizaciones para la sustentabilidad, así mismo como un gran número de aldeas indígenas, afroamericanas, favelas, para llevar a cada uno de esos sitios y sus comunidades, un menú de conocimientos diversos sobre permacultura, bioconstrución, ecotecnias, diseño de ecoaldeas,  toma de decisión, resolución de conflictos, salud integral, nutrición, eco pedagogías varias, así como de música, danza, teatro, artes circenses y otras artes escénicas.

K-030-Indios de Araponga, cachimbo y pipa

Coyote Alberto y cacique Guarani

 

F-004-Mocidade, entrevista com el Dom                                         Coyote Alberto y Mestre de capoeira de Sao Paulo

El Guru y el Coyote (2)

 

 

 

                                                                                                                             

Swami Paramadvaiti y Coyote Alberto

Igualmente, en cada sitio en que nos detuvimos, los tripulantes de la Caravana aprendimos de sus particulares características y manifestaciones culturales, organizativas, económicas, ceremoniales, sus costumbres, formas de alimentarse y convivir con sus medios naturales y sociales. En pocas palabras, la Caravana se fue transformando en una verdadera «Escuela Viva», como fuimos categorizados en Brasil, al ser invitados por el Ministro de Cultura Gilberto Gil, durante una de las administraciones del Presidente Lula da Silva, a formar parte del recién creado re-evolucionario programa de Puntos de Cultura Viva en ese país.

En el año 2009, justo 13 años después de su inicio, la Caravana terminó su recorrido y fase itinerante por Sudamérica, creando una Aldea de Paz en el Foro Social Mundial que tuvo lugar ese año en la ciudad brasileña de Belem de Pará. Una vez cumplido ese compromiso, decidí regresar de nuevo a México para una nueva etapa de mi venturosa existencia.

Recién llegado al país, fui invitado por la escritora Laura Esquivel  y el Maestro Antonio Velasco Piña y acepté colaborar con ellos en la Dirección General de Cultura en la Delegación Coyoacán, para llevar a los pueblos, colonias y barrio de dicha demarcación de la ciudad de México, algunas de las experiencias exitosas que pusimos en práctica en la Caravana. De esa idea surgió el Programa Ecobarrios, que con el apoyo de la Dirección, del Jefe Delegacional, y de CONACULTA, pudimos llevar por más de dos años a 10 diferentes localidades de Coyoacán.

En ese tiempo, con un equipo de una docena de ecoactivistas y profesionales, con una muestra itinerante de 40 ecotecnias, y con una pedagogía propia, además de una visita de un fin de semana a nuestra Ecoaldea Huehuecóyotl, ofrecimos una formación básica de promotores de Ecobarrios a más de 450 personas de todas las edades, para  que esto a su vez pudieran replicar lo aprendido en sus propios barrios, pueblos y colonias.

Terminada la administración delegacional en 2012, pocos meses más tarde fui invitado por dos queridos compañeros de camino, Fabio Manzini y Tiahoga Ruge, y de nuevo acepté, para integrarme al equipo de una recién creada y ambiciosa Secretaría de Desarrollo Sustentable en el estado de Morelos.  El cargo que se me dio fue el de Director de Cultura Ambiental, lo que me pareció muy adecuado a toda mi trayectoria y experiencia de vida de varias décadas dedicado precisamente a esos temas.

Mantuve el puesto por 10 meses, intentando aprovechar el espacio para poder ampliar el tema de la sustentabilidad al ámbito cultural y ecológico, entendido éste también como el que heredamos de las manifestaciones culturales de los pueblos originarios, y me topé con un rechazo cerrado y absoluto de parte de ciertos directivos de la Secretaría, por lo que me sentí muy aliviado cuando se me pidió mi renuncia en el otoño del 2013.

Desde entonces, y una vez instalado en nuestro propio hogar en Huehuecóyotl con mi compañera Verónica Sacta, después de casi 18 años de no tener un espacio propio, al iniciar esta nueva etapa de mi vida, en la que he querido poner un poco de orden a mis innumerables archivos, cajas de documentos, fotografías, vídeos, y a mi biblioteca, y al empezar a escribir un largo ensayo de autobiografía, me fui interesando cada vez más en el tema de los Derechos de la Madre Tierra, sobre todo a partir de la declaración del Presidente Evo Morales de Bolivia en 2010 durante la COP 17 realizada en Dinamarca, de que su país, como un par de años antes lo había hecho Ecuador, había adoptado en su Constitución Federal, una legislación para los Derechos de la Pachamam

Verónica y yo fuimos invitados a participar en varios Foros para discutir la posibilidad de adoptar estos mismos Derechos en la ciudad de México, a instancia de un joven diputado llamado César Daniel Madruga, al quien conocimos en distintos eventos organizados por el Consejo de Sabiduría Universal. Cuando en el mes de septiembre del 2013, la Asamblea Legislativa del DF finamente aprobó la propuesta de Ley que emergió de los Foros, César nos invitó a formar parte de un equipo que desde inicios del 2014 hasta la fecha, comenzó por un lado a promover una nueva modificación de la Ley de Salud, que incorpore los derechos a la Salud Emocional, y en mi caso, a promover tanto a nivel nacional como internacional la Declaración Universal de los Derechos de la Madre Tierra-Naturaleza. Y en eso me encuentro y he enfocado mi tiempo y pasión hasta este momento que subo esta pequeña sinopsis de mi vida en nuestra nueva página de Huehuecóyotl.

Termino solo diciendo que las visiones y logros más importantes de mi vida, siempre acompañado de un grupo entusiasta y solidario de herman@s, han sido:

Haber logrado vivir todos mis sueños con todas sus miles de aventuras, viajes, experiencias, amigos y maestros, que me dieron a esta Pequeña pero Gran Tribu de Dragones-Elefantes-Coyotes de la que formamos ya parte, mi madre, yo, mis hijos y mis nietos.

La co-creación en 1982 y mantenimiento vivo de nuestra Ecoaldea Huehuecóyotl, que ya ha cumplido 33 años en esta primavera de 2015.

La originación y conformación de la Red de Eco-Alternativas que iniciamos juntos mi entonces compañera Sandra Comneno y yo en Huehuecóyotl, y que sigue creciendo  tres décadas después y hasta la fecha en la forma del Consejo de Visiones de Guardianes de la Tierra 

XI Consejo de Visiones-2011 117

La creación y todos los aprendizajes de la epopeya y leyenda viva que fue por trece años la Caravana Arcoíris por la Paz.

La co-gestación del Consejo de Asentamientos Sustentables de las Américas (C.A.S.A) a nivel continental y nacional, como una parte fundamental de la Red Global de Ecoaldeas http://casa.ecovillage.org/  http://www.casacontinental.org/http://casamexico.org/

Y que tengo cuatro hijos de los que me siento enormemente orgulloso, Odín, Mayura, Ixchel y Solkin, cada uno ya dueño de su propio destino; así como a seis nietos que comienzan poco a poco a encontrar sus senderos propios, Arún, Sebastian, Amaya, Nayelli, Ilan y Ezra. Y quiero por todos ellos agradecer antes que nada a las maravillosas madres de mi hijos, Gerda Hansberg, Sandra Comneno y Lourdes Ondategui, así como a las madres de mis nietos, Kena, Mayura y Saidie.

Cuatro hij@s en Italia

 

 

 

 

 

Los hijos, Odín, Ixchel, Mayura y Solkin

También quiero agradecer de corazón a mi compañera de estos 12 últimos años, Verónica, y a su amorosa familia, que ahora también es la mía, en Cuenca, Ecuador y muy especialmente a Karol y Sofía, quienes me han adoptado como un padre putativo o hermano mayor, por todo lo que hemos compartido en estos años.

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